Creo que el sector en el que la gente más cree en el efecto milagroso de los productos, es el cosmético. La sociedad olvida que es realmente un cosmético, y ayudados por las campañas de marketing engañoso o marketing de confusión, espera que un cosmético tenga unos efectos semejantes a los de un medicamento o una operación de estética.
Incluso yo, que tengo unos conocimientos científicos, técnicos y de formulación, siempre tengo la esperanza de que un producto pueda hacer un milagro. Ya se dice que la esperanza es lo último que se pierde, ¿verdad?